las ciudades y el cielo: si bien Perinzia en su génesis fue una ciudad de aparente orden y estructura predeterminada, es una aparente ciudad ideal, pero este mismo orden sin tener nada presupuestado comienza a causar un caos, convirtiéndola en una ciudad que refleja que hasta haciendo los cálculos mas precisos nos podemos encontrar con futuras barbaridades como las mencionadas en el texto.
De este tema se habla en el articulo de Antón Corpas, en el cual hace un análisis de las ciudades invisibles de Italo Calvino.
"Todo alrededor se transforma por simpatía-, han querido darle un sentido científico y aséptico a lo que realmente es la imposición de modelos de ciudad y convivencia a costa y en contra de lo deficitario y lo pobre, de lo feo y lo molesto. Así, "los astrónomos de Perinzia se encuentran frente a una difícil opción: o admitir que todos sus cálculos están equivocados y sus cifras no consiguen describir el cielo, o revelar que el orden de los dioses es exactamente el que se refleja en la ciudad de los monstruos". Un bochorno similar padecen hoy los técnicos de mayor rango que trabajan para los ayuntamientos y que no logran borrar del paisaje a los pobres, las putas, los mendigos, los yonquis. El urbanista que busca abolir la realidad monstruosa como propietario de una ciencia externa, autónoma, pero fallida cuando entra en contacto con la ciudad y su existencia tan desagradable como arraigada; no sabe si le fallan los cálculos o la ciudad es inseparable de sus mujeres barbudas, sus enanos y sus jorobados."
Sobre "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino; un artículo de Antón Corpas
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