En la Baja Edad Media ya se han formado como reinos las distintas nacionalidades europeas.
Mantener la corte real y los gastos de reyes y señores cuesta mucho dinero que se obtiene en base a impuestos.
Y es el comercio de mercancías el que proporciona buena parte de esos ingresos, comienza a ser muy importante vender y comprar y saber donde está el sitio al cual vendemos o al que compramos.
Es necesario saber los días en que una mercancía puede llegar a una ciudad y si hay rutas alternativas que no tengan piratas o bandoleros, si hay que atravesar ríos o montañas.
Son mapas parecidos a los de hoy, con la situación de las ciudades comercialmente importantes, y líneas que marcan las rutas de navegación para ir de un puerto a otro.
En la Alta Edad Media, no se conoce el papel, y se trabaja casi siempre con el pergamino, del cual no se producen grandes cantidades, y éstos se reservan para la copia de libros, por lo tanto, en esos libros se incluyen las representaciones cartográficas.
El hombre de la Alta Edad Media no sabe leer ni escribir y por tanto se recurre a los símbolos para explicar aquello que se desea, tal y como por ejemplo se hace hoy con muchos carteles, o con las señales de circulación.
El hombre de la Alta Edad Media, prácticamente no se mueve de su aldea, o de sus posesiones si es un señor feudal; y además es profundamente religioso en su pensamiento. Le preocupa más la salvación de su alma que lo que hay detrás de las colinas más cercanas; eso hace que las representaciones cartográficas sean del cielo y el infierno, del Paraíso Terrenal....
Ante todo miniaturista, simbólica y religiosa.
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